lunes, 1 de septiembre de 2008

Mensaje multicultural de la obra de José María Arguedas



Si queremos hablar sobre el mensaje, obra, enseñanza multicultural que nos dejo José Maria Arguedas debemos conocer parte de su vida para así poder entender cual fue su trabajo y el legado que nos dejo.
Escritor y Antropólogo, tuvo una excelente labor como traductor y defensor de de la literatura quechua y a su vez como antropólogo y etnólogo hacen de él una de las figuras claves del siglo XX, para Arguedas lo fundamental era incorporar la cultura indígena a la cultura peruana, es decir, introducir la literatura quechua a la literatura peruana escrita en español, pues el vio al Perú como un país dividido en dos culturas y el creía que debían integrarse en una relación armónica de carácter mestizo, que pues de por si, ya era un gran problema, un gran dilema.
Arguedas nació en Andahuaylas y estuvo en contacto desde la cuna con los ambientes y personajes que incorporaría a su obra, lo cual desde mi punto de vista resalta mucho sus propias vivencias, porque él como estudiante universitario de San Marcos tuvo que adaptarse a la vida de Lima pero sin renunciar a sus raíces indígenas, viviendo en carne propia la experiencia de todo transplantando andino que debe aculturarse y asimilarse a otro ritmo de vida.
En sus obras como “Agua”, “Yawar fiesta” y “diamantes y pedernales” se aprecia el esfuerzo de Arguedas por tratar de ofrecer una versión lo más auténtica posible de la vida andina desde su interior, reivindica su modo de ser indio sin caer en un racismo. Siendo él ya una persona madura nos ofrece tres novelas como : “ Los ríos profundos” , “Todas las sangres” y “El zorro de arriba y de abajo” ; donde expresa una mayor hondura al mundo mítico de los indígenas; presenta todas las matices de un Perú andino en un intenso proceso de mestizaje y lo presenta como un gran mural donde las fuerzas luchan entre sí, tratando de sobrevivir o imponerse una sobre la otra, en otras obras como “ El sexto”, “ La agonía de Rasu Ñiti” y “ Amor mundo” complementan esa visión.
El proceso de vida en Lima nunca fue terminado, pues cuyos traumas traídos desde la infancia lo debilitaron para concluir o terminar esta tarea, la lucha que se había propuesto no solo en el plano cultural sino también en lo político, lo empujaron al suicidio que no hizo otra cosa sino que convertirlo en una figura mítica para muchos movimientos intelectuales empeñados en la misma causa, en este proceso sigue y supera a Ciro Alegría.
Ahora conociendo parte de su vida y obra podemos profundizar en el mensaje multicultural de su obra, la cuestión fundamental que plantea es la tensión entre la armonía y conflicto pero que de una forma u otra termina enraizada en ola situación existencial de Arguedas.
Los intentos por explicar sus textos desde su propia sicología carecen de un valor crítico de una mirada más profunda porque vincula su literatura con el problema de la identidad peruana, según algunos críticos como por ejemplo




Gonzalo Portocarrero que vio la necesidad de Arguedas por armonizar el conflicto, esa tensión entre concepciones del mundo y la vida, para Antonio Cornejo quien observó un polo conflictivo contraponiendo a la categoría de mestizaje los conceptos de migrante y multicultura, y así hay varios críticos y analistas pero coinciden que dentro de las obras de José María Arguedas existe una lucha, un conflicto entre dos mundos, dos culturas que luchan entre sí para tratar de unirlas o integrarlas en una sola.

Esto juega un papel importante porque los problemas discutidos por la critica cultural están incluidos en las obras literarias y la creación verbal por si sola puede comunicar una autentica cultura a los lectores, la literatura sigue siendo la pieza clave para comprender la cultura, la obra de Arguedas tiene una gran potencia creativa porque nos permite percibir aún sin conocerlo los contextos que se insinúan dentro del texto, su literatura es un campo común y lo diferente no se excluye nos da la posibilidad de ver lo otro y a la vez descubrir las cercanías intimas entre regiones tan distintas, posibilita tal encuentro personal y cultural.
Para hacer un análisis y comentario más profundo sobre la obra de José María Arguedas es necesario hacerlo desde su obra “Los Ríos profundos” porque nos permite ver en profundidad la causa o la idea central de las obras de Arguedas.
A la novela “Los Ríos profundos” se le puede llamar “novela de conflicto de dos mundos” el cual se le asemeja con el Quijote y con La vorágine (Segundo Sombra) porque en ellas también se puede notar la lucha constante de mundos.
En la obra de José María Arguedas el conflicto de los mundos tiene dos niveles, el enfrentamiento de dos tradiciones culturales en el ambiente bilingüe, donde el protagonista esta encerrado en un colegio eclesiástico en el cual es ajeno y no es aceptado tampoco por los indígenas de Abancay, y que vive entre dos comunidades sin pertenecer a ninguna, ambas tradiciones se conviven y se compenetran pero no se fusionan.
La confrontación de estas culturas no se resuelve con una armonización indigenista pues solo invertiría la relación, con esto tampoco quiero afirmar que la visión de Arguedas era mestiza en el sentido de la concepción armónica porque el concibe la relación de las culturas como una “ superposición”; esta superposición de distintas tradiciones culturales que se mantienen en convivencia dramática pero sin fusionarse, como ya se mencionó antes, también se relaciona mucho la obra de Arguedas con el mexicano Octavio Paz, pues su coincidencia revela una relación orgánica entre la ansia de la armonía y la visión conflictiva de la convivencia multicultura, solo que en México estas concepciones aparecen más ocultas mientras que en el Perú es más visible.
Como se dice antes en las novelas de José María Arguedas la tensión de dos mundos tenia otro nivel, es aquel que confronta dos aptitudes globales del hombre frente al mundo:
· La manipulante
· La dialógica

Es esta aptitud que ve un mundo fragmentado cuyas partes son el objeto de manipulación, ya que no comprende ni admite lo distinto, pero sin embargo la experiencia del encuentro al comienzo de la novela inicia una aptitud abierta a lo otro que es propia del protagonista autobiográfico.
Esta forma parte del estirpe de los personajes débiles, de esos jóvenes poetas que por su alta sensibilidad son diferentes a los demás, en este sentido el personaje de Arguedas esta situado al margen de lo normal, al margen del grupo, pero el personaje tampoco es visto como marginal.
En “Los ríos profundos” el mundo no les pertenece a los fuertes, a que el héroe débil y no integrado aparece en el centro del mundo, tiene otra fuerza que la de
Imponerse, pues el protagonista enraizado en la cultura indígena con un segundo piso de la cultura y tradición europea esta distante de cualquier aptitud agresiva o conquistadora.
Otra característica que cabe resaltar en las obras de Arguedas es que no esta opuesto el mundo indígena contra el criollo, la polaridad consiste en la oposición entre lo cerrado y lo abierto, entre la agresividad y la comprensión frente todo lo que ensucia el alma, la violencia, el racismo, el odio, que abunda en el colegio y en la ciudad del protagonista.
Notemos que al final de la visión del mundo de la novela de Arguedas deja de parecer arcaica porque la crítica de la ilustración encuentra el error fundamental de su concepto en la autonomía del sujeto, ya que el sujeto fuerte, dominante, es falso; el que más vale es el sujeto débil dispuesto a abrirse a lo otro y muy capaz de su sensibilidad y comprensión; eso es lo que observamos en las obras de José María Arguedas, donde el sujeto débil está abierto a la compresión , aceptación de dos mundos distintos, donde no se siente incluido en ninguno pero con la sensibilidad es capaz o se siente capaz de unirlos.
Cuando nos referimos a la lengua y cultura, es decir el quechua y su mundo se trata de el nuevo habla experimental que es un Instrumento que debe transmitir las cualidades de la lengua quechua y por consiguiente la distinta sensibilidad y percepción del mundo de un hablante quechua, como Arguedas que sabía muy bien el quechua y también sabia que a través de él podía expresar palabras con mucho más sentimientos o sensibilidad que cualquier otra lengua.
La forma de la lengua es portadora de importantes mensajes sobre la cultura y el modo de concebir el mundo de un pueblo, es por eso que Arguedas a través de sus obras trataba de transmitir la forma de pensar de un pueblo que no era aceptado o reconocido, sabía que a través de la literatura quechua se podía aprender mucho sobre la cultura indígena, porque para conocer la cultura de un pueblo se debe también conocer la literatura de este, es una ventana abierta.
Las diferentes teorías lingüísticas contemporáneas en su mayoría no acepta la idea que esta relación funcione, concibe la lengua como un sistema de signos arbitrarios y así se opone a la tendencia etnolingüística de relacionar la forma de hablar con la mentalidad de un pueblo, pero se conoce que la cultura de un pueblo si está relacionado con la forma de hablar, de pensar, de expresar sus ideas y emociones, sus sentimientos y que todo eso se relaciona con la literatura, con su cultura, eso trato de equilibrar Arguedas aunque sabía que no era un trabajo fácil; de todas formas estos dos extremos teóricos desembocan en un compromiso el cual afirma que existe una relación entre la mente y la estructura gramática. Si hablamos del léxico y la semántica de los pueblos sabemos que reflejan sus necesidades y su modo de vivir.


El quechua dispone de un riquísimo léxico en el campo de las relaciones familiares, sentimientos religiosos y fenómenos naturales, mientras se sabe que en otros idiomas no encontraríamos tal abundancia, mientras que al contrario de las lenguas indígenas puede utilizar distintas expresiones técnicas muy concretas. Es así que desde este punto de vista Arguedas visualizó que la literatura en torno al idioma indígena podría mostrarse de una manera más realista, con mucho sentimiento.
Pero sin embargo se sabe que en la lingüística moderna no es posible buscar el alma de los hablantes pues la manera de percibir el mundo que nos rodea no es universal, por el contrario, se desarrolla bajo la influencia de la comunidad y la cultura donde el hombre vive y en este caso si se considera la relación del idioma y la cultura; con esto quiero expresar que en el idioma quechua tiene una visión más profunda en lo respecta a la literatura y en su manera de interpretar las cosas, según otros críticos la lengua representa un instrumento eficaz de la jerarquía mental, lo mismo que confirma Arguedas diciendo que junto con la lengua de los quechuas adquirió su ternura y sensibilidad, ya que como se sabe el creció y se desenvolvió en ese mundo, el cual plasmó y fue escenario de sus obras, donde Ernesto protagonista de los ríos profundas llega a saber que la lengua quechua y la capacidad de percibir ciertas impresione son indivisibles pues el quechua esta relacionado con esas impresiones; sería difícil y tal vez hasta imposible buscar rasgos específicos de la mentalidad quechua reflejado en la estructura de su idioma pero sin embargo podemos encontrarlo en su léxico.
Los distintos significados de una sola palabra pueden abrir un sin fin de palabras y creencias culturales, gracias a su musicalidad, la palabra según Arguedas la palabra está inmersa en el objeto o la idea que describe; es decir; la genialidad de la palabra está en lo que quiere expresar y logra describir mediante ellos.
A esto también se le conoce como el discurso experimental Arguediano, el cual es portador de mensajes culturales centrados en las capacidades expresivas de la lengua quechua que el transmitió a través de sus obras; según documentan distintas fuentes los elementos esenciales de la lengua quechua son su musicalidad, su ritmo, su carácter onomatopéyico, y una gran escala semántica, una lengua sumamente lírica, metafórica y llena de ternura; todo esto fue muy bien aprovechado por Arguedas es por eso que él intentó la unión de este idioma, de esta literatura, con la literatura criolla.
Lo que el quechua logra es formar constelaciones míticas que hace como un regreso al pasado, una totalidad en la que el pasado y futuro confluyen en la dimensión de esa palabra, un profesor de aymara afirmó que la persona que habla aymara percibe el mundo de otro modo y a través de un ejemplo dijo que los aymaras tienen una percepción diferente de las distancias horizontales y verticales, mientras que Arguedas al reflexionar sobre su lengua nativa nos dice que los que hablan ese idioma saben que el quechua supera al castellano en la expresión de sentimientos que son los más característicos del corazón indígena, como la ternura, el cariño, el amor a la naturaleza. Arguedas puede sustentar esto ya que era muy entendido en el idioma quechua, porque el quechua logra expresar todas las emociones con igual o mayor intensidad que el castellano, eso era lo que nos decía; los mismo principales, despreciadores del indio, cuando sienten una gran emoción dejan el castellano para hablar el quechua y en ese rato se desahogan con más violencia, como quien habla con sus propias palabras, eso era lo que apreciamos en la obra de Arguedas.
El también nos añade que la más honda y bravía ternura, el odio más profundo, el amor más puro son parte de este idioma y Arguedas valora el encuentro de las dos lenguas porque gracias al castellano se amplió el mundo y el espíritu del indio y somos concientes que sin el castellano no se nos hubieran abierto muchas puertas pero también debemos ser concientes que no debemos olvidarnos de nuestras raíces, ese fue uno de los mensajes principales y la intención de Arguedas porque sus ideales también se ampliaron, pues si bien es cierto el quechua es el idioma con el que mejor se describe el paisaje del Ande, con que mejor se dice lo más profundo y propio del alma india, el quechua es reducido y pequeño, el espíritu de quien solo habla quechua se agita en un circulo estrecho y oscuro, con esto quiero decir de que tal vez si nosotras pudiéramos expresarnos con esa intensidad, con ese sentimiento, se valoraría mucho más la literatura indígena y no solo esa, sino también la literatura peruana en general.
Arguedas como mestizo heredero de dos culturas que se excluían mutuamente entre sí, la hispánica y la india quechua, se propuso lo mismo reivindicar el valor de esta cultura quechua para servir de mediador adecuado entre esta cultura y la cultura hispánica, ese fue su objetivo principal, su mayor anhelo era la unificación de ambas culturas, para resaltar la literatura indígena, es decir, el valor agregado de la lengua quechua, como ya se explico antes, esta poseía un gran sentimentalismo y una visión mas profunda al momento de expresarse.
Si la metalengua de Arguedas intenta superar el indianismo para llegar a un indigenismo desde una perspectiva "emica" o interna, ella no sólo se debe a que estemos frente a una novela autobiográfica sino, esencialmente, por el uso de la textualidad poética tanto indígena como occidental. Pero es en el uso de la textualidad indígena donde podemos encontrar en forma más nítida la dimensión poética esencial del texto, se trata de una etnopoesía, en la cual, sin embargo, es posible identificar el tipo de acceso intuitivo al texto propio de cualesquier texto que puede ser caracterizado como poético, esto como recurso narrativo es un factor esencial del relato.
La opción del autor textual por la radicalidad de la propuesta planteada de recuperar el "mito andino" desde el recurso la representación realista de la violencia no involucra el negar el tono poético, por el contrario solamente desde esta textualidad poética se puede expresar la radicalidad del autor textual. Fenómenos como la violencia definida desde el mundo quechua hacia el occidental, no involucran una pérdida del tono poético un tanto intimista, por el contrario, hasta la violencia tiene un espacio en el lirismo del texto. Por otra parte, no podemos dejar de reconocer que el uso de metáforas, comparaciones y descripciones de corte occidental, hay un tipo de lirismo que le da una impronta que supera el mero nivel narrativo, sobre todo en el vínculo entre sentimiento de soledad y refugio en la naturaleza Afirmamos que este eje poético se hace presente en el uso de palabras-términos y cantos indígenas, lo que ordena el texto. El doble registro en el uso de textos quechuas, sigue el orden del mito andino, donde la ritualidad del canto antecede y prosigue la violencia, canto y violencia son las que marcan el ritmo del relato. Así, el ritmo mismo de lo relatado toma una dimensión poética, donde la poesía aflora para dar cuenta de la dimensión indígena no comprendida, sólo la metáfora poética occidental y el texto poético ritual andino permiten la representación de toda
situación crucial del relato, intercalándose, pero como ya se hablo antes, sabemos que la obra de Arguedas se relaciona mucho con su mundo interior, ya que la mayoría son vivencias propias del autor, la integración a otro mundo del que no conocía y al cual tuvo que pertenecer y se ve reflejado en mas de una de sus obras.
El autor textual desarrolla una compleja tarea creativa en la confección de los distintos huaynos y textos rituales presentes en el libro, algunos corresponden a recopilaciones, otros son recreaciones en las cuales el estilo poético tradicional de estos textos se adapta al sentido del relato y, particularmente, a la voz de Ernesto, identificándose estas textualidades no occidentales como recurso para la configuración del escenario de la novela, en tanto su contexto de recepción será el de la literatura occidental. Vemos en la transtextualidad de esta novela la expresión más concreta de la síntesis no consumada, lo que imposibilita la verdadera comunicación, como ya afirmamos, al no significar la transtextualidad una síntesis de categorías lingüísticas y culturales, pasa a convertirse en una herramienta para expresar el desencuentro cultural. La transtextualidad es la estrategia para expresar la imposibilidad de la comunicación, como se dijo la literatura indígena se llena de matices para poder expresar su mundo interior, es por eso que así a través de huaynos u otras formas de matizar el texto Arguedas trata de neutralizar, de colmar de sentimientos su obra.
Podemos encontrar textos que provienen del discurso occidental con lo cual se remite a la textualidad de la novela dentro de los moldes tradicionales (en la presencia de tópicos característicos del género: amor, odio, añoranza. etc.); donde el autor textual experimenta el dolor del proceso aculturativo como individuo que afirma ser criado con y por indígenas, los añora y los alaba, esta vivencia está organizada desde la exaltación de la naturaleza como refugio frente a la angustiosa pregunta que subyace en el autor respecto de su identidad.
Existen palabras en quechua que nos señalan los límites de la capacidad enunciativa del autor textual con lo cual el esto se mueve en un doble registro, donde las notas a pie de página pasan a formar parte de un texto con pretensión de interculturalidad y así es donde él relaciona el texto indígena con el texto de origen occidental, trata de mezclar esos mundos al cual ve confrontados en esa sociedad que se desenvolvió en su tiempo.
El autor textual, es decir, Arguedas, supera la presentación de sistemas culturales, es por ello que pensamos que el diálogo intercultural que nos es presentado en el texto más que un encuentro cultural se trataría de retratar un encuentro de espiritualidades, cultura y espíritu nos remiten por ello a dos categorizaciones distintas es más amplio y representa la esencia de aquella identidad que es su poseedora, el espíritu se desenvuelve en el plano estético y no es posible de ser racionalizado desde las categorías de la racionalidad científica, se trata de un tipo ideal al cual las ciencias sociales apenas divisan, y es que claro en un mundo tan convencional como es el nuestro, es tan difícil admitir para algunos que nuestras verdaderas raíces, nuestro esencia es parte de una mezcla de dos culturas, la indígena que es oriunda de nuestro país y la occidental.


Podemos concluir que este texto de Arguedas, a nivel del género, deberá ser ubicado más allá de los límites estrechos de la novela en tanto texto etnoliterario de confección compleja, mientras que en el plano de su singularidad podemos identificar un autor textual preso en la imposibilidad de la comunicación intercultural, pues a pesar de los grandes esfuerzos que Arguedas empleo no pudo sobresalir en un como este, y vio su lucha perdida.
La conclusión de Arguedas es que las dos lenguas comparadas son altamente valiosas, pero cada una en distintos campos, por ejemplo la indígena es rica en sentimentalismos, y expresa de una manera mas interior la visión, le da un valor agregado al amor por la vida, naturaleza; mientras que el español es mas objetiva y desde otro punto de vista un tanto frívola pero que nos abrió las puertas a un mundo exterior. Por eso fue enorme el esfuerzo que tuvo que poner en la creación de ese experimento que consistía en la unificación de estos mundos distintos, de estas culturas que permanecían en una convivencia neutral pero que no se terminaban de unir, en el que había que traducir un distinto sistema lingüístico la abrumadora riqueza de significados que pueden encontrarse en una sola palabra quechua, ya que si bien sabemos una sola palabra puede significar muchas cosas,
Finalmente después del análisis en torno al mensaje multicultural enfocado en las diferencias y a la vez relaciones de la literatura indígena y de la visión del idioma castellano pues la intención fundamental que logro captar de José Maria Arguedas la unión de ambas divisiones mencionadas anteriormente pues fue el mismo quien vivencio y también se podría decir que sufrió hablando en el aspecto social sobre el rechazo de esta división de culturas plasmada en el racismo. Analizar las obras de José Maria Arguedas va mas allá de la intención y del mensaje literal, pues nos narra episodios de nuestra historia que seguimos siendo parte de ella y que hasta hoy en día sin el personaje de Arguedas evidentemente pero se sigue presenciando tales actitudes.